Los Ángeles, Estados Unidos, 16 de octubre de 2020.- Con cubrebocas, a través de videoconferencia y en menos de cinco minutos se llevó a cabo la audiencia de Salvador Cienfuegos, ex secretario de la Defensa Nacional, quien es acusado por la DEA por el tráfico de drogas y de recibir sobornos de líderes del narcotráfico.

El ex secretario de Defensa de México, Salvador Cienfuegos, usó su poder en el cargo que ocupó entre 2012 y 2018 para proteger al cártel de los hermanos Beltrán Leyva, dirigiendo operaciones militares contra grupos rivales e incluso encontrando transporte marítimo para enviar drogas, dijeron fiscales estadunidenses.

Cienfuegos Zepeda, arrestado en el principal aeropuerto de Los Ángeles

el jueves, aceptó sobornos a cambio de protección que incluía advertir al cártel sobre las investigaciones de Estados Unidos, según fiscales en Nueva York que lo acusaron de tres cargos de narcotráfico y uno de lavado de dinero.

Durante una breve audiencia el viernes, el militar retirado de 72 años, quien compareció a través de videoconferencia usando una mascarilla, recibió la orden de permanecer bajo custodia estadunidense al menos hasta que se lleve a cabo una audiencia formal sobre su detención el martes de la próxima semana.

Cienfuegos apareció llevaba una chamarra oscura y un cubrebocas. Tuvo un intérprete, pero cuando el juez de distrito Alexander MacKinnon le hizo preguntas de procedimiento, el general contestó en inglés “yes” y “yes, your honor”.

El arresto de Salvador Cienfuegos, apodado El Padrino y Zepeda en una acusación fechada en agosto de 2019 que fue clasificada hasta que estuvo bajo custodia estadunidense, marcó la primera vez que un exministro de Defensa mexicano ha sido acusado y detenido.

Su caída tendrá implicaciones de gran alcance para la guerra contra las drogas en México, que ha sido liderada por las fuerzas armadas durante más de una década.

«A cambio del pago de sobornos, permitió que el cártel H-2 (Beltrán Leyva), un cártel que habitualmente se dedicaba a la violencia generalizada, incluida la tortura y el asesinato, operara con impunidad en México», dijeron los fiscales estadounidenses en un expediente judicial.

El grupo, liderado originalmente por los hermanos Beltrán Leyva, es una organización criminal nacida en el estado noroccidental Sinaloa. Inicialmente estuvo aliado con el cártel de Sinaloa, del apresado Joaquín El Chapo Guzmán, pero posteriormente se enfrentaron a sangre y fuego.

Tras conocer sobre la detención, cuyos preparativos no fueron compartidos con autoridades del país latinoamericano, según fuentes del gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador calificó el caso de «muy lamentable» y prometió limpiar las Fuerzas Armadas, aunque respaldó su liderazgo actual.

«Si se demuestra que hay una red, una relación de complicidades y si salen a relucir nombres, ya sea de civiles o de militares van a ser suspendidos en tanto se termine el proceso de investigación y en caso de ser responsables se procederá en contra de ellos», dijo el mandatario el viernes.

No obstante, expresó su confianza en los actuales secretarios de Defensa y de Marina, y en las Fuerzas Armadas en general, que definió como fundamentales para el país.

General de Brigada del Ejército, alto, de rostro y mirada severas, Cienfuegos alguna vez prometió combatir el narcotráfico y era considerado intocable, en un país donde el Ejército ha participado activamente en la lucha contra el crimen organizado en los últimos tres mandatos presidenciales, incluido el actual.

«El arresto confirma lo que durante mucho tiempo han alegado traficantes y civiles por igual: que el Ejército del país, que juega un papel enorme en la lucha contra el crimen organizado, ha incurrido en corrupción», opinó Parker Asmann, de InsightCrime, una organización que investiga al crimen organizado en Latinoamérica y el Caribe.

La detención de Cienfuegos se produce a menos de tres semanas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. El mandatario Donald Trump, que busca un segundo período, ha hecho de la represión a los cárteles de la droga una prioridad, aunque sin grandes avances desde que asumió el poder en 2017.