La agroindustria mexicana ha resistido los embates del COVID19, incluso, presentando números ascendentes, toda vez que, a junio de 2020, un total de 20,448 millones de dólares en cuanto al valor de las exportaciones del sector agroalimentario, números por demás ilustrativos de la fortaleza del sector, esto representa un 17.8% de incremento respecto a lo reportado en el mismo periodo del año anterior.

tomate, aguacate, carne de bovinos, granos, garbanzo y frijol, son algunos de los productos que presentan mejores perspectivas para su exportación, ampliando así la oferta exportable mexicana, donde la cerveza, el tequila y el mezcal, son los que mejores oportunidades presentan para los productores.

La pandemia derivada de la aparición del COVID-19 ha puesto a prueba la fortaleza del sector en temas como la capacidad productiva y las cadenas de suministro y distribución, motivo por el cual, los agroindustriales han sostenido múltiples contactos y reuniones de trabajo con las autoridades del sector para definir que la alimentación no solo es un tema esencial, es una obligación del Estado Mexicano el garantizar el acceso a una canasta básica suficiente a los ciudadanos. Es un tema de seguridad nacional.

El sector salud también ha intervenido en este tema. Es de general conocimiento que una alimentación sana garantiza un sistema inmunológico fuerte que puede hacer frente de mejor manera a la amenaza que representa este virus, por lo que es imperativo que los estímulos a la producción sean garantizados por el gobierno actual, toda vez que esos apoyos abonan a la producción eficiente de alimentos, lo cual, redunda en una mejor salud general de la población.

Una política pública eficiente pasa por la legislación e institucionalización de apoyos efectivos y eficientes a los productores agrícolas y agroindustriales, que garantice la salud de los trabajadores y jornaleros, que asegure sus derechos laborales y que motive la inversión pública y privada en beneficio social. Sólo de esta manera lograremos que el sector se mantenga como un referente económico ante el cambio de paradigmas y escenarios derivados del virus.