Parece repetitivo escribir una vez más sobre los efectos que el COVID-19 ha provocado en nuestras vidas, pero es absolutamente cierto que nuestra vida ha cambiado irremediablemente a partir de su aparición, en aquel ya lejano otoño de 2019 en Wuhan, China.

Los hábitos de consumo cambiaron notablemente a partir de ese momento. Nuestras necesidades han cambiado y han variado los productos que adquirimos o la frecuencia de compra, asimismo, se aceleran tendencias ya existentes, como el auge del ecommerce y el comercio solidario que ganan fuerza con la nueva normalidad.

Importantes empresas consultoras de marketing digital , han observado cómo las búsquedas en redes sociales como Facebook e Instagram que van direccionadas al término “cerca de mí” se han disparado en los últimos meses en especial en la prestación de servicios o ventas en sectores de alimentación, retail y delivery.

Esta preferencia de los consumidores por adquirir productos de empresas locales representa una oportunidad de negocio para los pequeños comercios, que deben apostar, hoy más que nunca, por la digitalización. 

Antes, se decía que la mejor publicidad era la que pasaba de boca en boca. Hoy, cuando la nueva normalidad nos obliga a usar cubrebocas, los negocios que logren una reputación sólida en sus redes sociales estarán aprovechando de facto, y a su favor, esa publicidad gratuita, o de valor agregado. ¿Quién puede presumir que no lee los comentarios sobre tal o cual negocio, página, tienda virtual, etc? Muy pocos, yo pienso. Lo que dicen los usuarios sobre nuestro negocio es decisivo para atraer a nuevos clientes, incrementar el número de visitas, lograr buenas reseñas y gestionar una buena comunidad local en redes sociales ayuda a mejorar visiblemente la rentabilidad y los resultados del negocio.

Una buena reputación online es una de las mejores herramientas para los establecimientos pequeños, emprendimientos locales y prestadores de servicios que requieren ampliar su base de clientes.

El papel de las redes sociales: ¿cómo saber cuál es la más adecuada para cada tipo de negocio? Esto depende del público al que nos dirigimos. Facebook e Instagram son las más frecuentes en este tipo de negocios, sin duda. Aunque el modo de utilizarlas es distinto para cada red, mientas que en Instagram debe privilegiarse lo visual antes que el texto, tanto por la propia naturaleza de la aplicación como por el segmento al que se dirige, uno más joven que el de Facebook, diseñado en principio para jóvenes adultos, profesionistas, y hoy, red donde los abuelos, los jóvenes, los padres y los hijos conviven entre sí.

El Marketplace y los nuevos formatos publicitarios en la Red: Si el comercio online y compra física mano a mano o comercio solidario son dos tendencias que conviven en la nueva normalidad, también está en auge otro fenómeno: los grupos de venta en la red o marketplaces.

El ahorro de costos de desarrollo de tiendas online, la posibilidad de estar generando publicaciones ilimitadamente, y el tráfico que generan, son factores a tener en cuenta, aunque, si se opta por vender a través de cualquier marketplace, es importante considerar algunos aspectos igualmente importantes, tales como las restricciones de artículos para su venta, regidos por las reglas de las aplicaciones para tal fin, que no son omnicanal (son verdaderos bazares virtuales) que no hay certeza ni responsabilidad de la aplicación sobre el oferente o comprador, y que, a últimos tiempos, también se han ocupado para generar ventas disfrazadas de productos robados, sustancias ilícitas, fraudes, entre otros delitos.

La publicidad: al diversificarse los canales de venta,  también lo hacen los formatos publicitarios: Los negocios locales generalmente invertían en medios convencionales, (volantes, prensa, radio, publicidad casa por casa, etc) algo que ha cambiado sin duda.  La publicidad online se hace cada vez mayor y las principales plataformas publicitarias digitales cuentan con campañas híbridas, con interacción online/offline. Hoy es más efectivo un brochure digital que una presentación de Power Point, o un video en Tik Tok que una historia de Facebook. La segmentación de los públicos también abona hacia la efectividad de la publicidad. Si tenemos las herramientas, los conocimientos o a los profesionales del manejo de redes apoyando nuestros negocios, es más fácil crear tendencias, “trending topics”, “Hashtags”, y todos esos términos que los jóvenes entienden, los adultos no, pero a todos nos atraen.

En resumen, hoy, en pleno proceso de adaptación a nuestra nueva normalidad, las videollamadas, el Zoom, las cotizaciones electrónicas, el Whatsapp, el Telegram, Instagram, Tik Tok, MarketPlace, Facebook Bissness, E-commerce, y otros tantos términos más se deberán volver parte de nuestro vocabulario habitual, Atrás quedaron el periódico, las noticias, el perifoneo, el correo y los medios tradicionales.

Bajo esta perspectiva, debemos reconocer que el COVID19 ha generado una verdadera revolución digital, equivalente, desde mi punto de vista a la gestada en el Siglo XVII y culminada en el Siglo XIX, donde la humanidad vivió el mayor conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de su historia. Finalmente, no todo es malo, el COVID19 nos llevó de manera acelerada y sin pedirlo, a ser parte de este nuevo proceso en la historia, y eso, nos hace parte de ella.

No acostumbro a opinar de temas políticos, pero, el ambiente tan intenso que vive nuestro país, nuestro estado y obviamente, nuestra ciudad me motiva a hacerlo, por lo que si ustedes, gentiles lectores me lo permiten, quiero externarles que ante la inminencia del proceso electoral que se avecina, la mejor y más efectiva herramienta de que disponemos los ciudadanos, es nuestro voto. Hemos transitado, no sin dificultades, en una democracia que hoy, no podemos dejar que se pierda. Los ciudadanos debemos razonar, evaluar, calificar, cuestionar, exigir a nuestros gobernantes, pero también a quienes aspiren a ejercer puestos de elección popular. No nos dejemos llevar por el pesimismo, la manipulación o las promesas de apoyo. Exijamos primero, a los partidos políticos, candidatos preparados, que demuestren fehacientemente que están plenamente capacitados para desempeñarse en el puesto al que aspiran, que tengan una trayectoria personal, familiar, laboral limpia y sin mancha; que tengan una forma honesta de vida, que sientan amor por su país y sus ciudadanos. No podemos darnos el lujo de perder esta oportunidad histórica. Evaluemos, pensemos, conozcamos y decidamos por quién verdaderamente llene nuestras expectativas. Finalmente, los partidos son el medio, pero el servicio a la ciudadanía es el fin. En próximas colaboraciones iremos comentando, en lo relativo a los aspirantes al cargo más alto que hay en nuestra ciudad, la alcaldía, sobre su trayectoria, su reputación, sus propuestas para este sector y, sobre todo, como lo harán, y ese ejercicio, nos permitirá evaluarlos en lo particular.  Es mi opinión, y como es costumbre, agradezco sus comentarios y opiniones.