En la entidad dicho antígeno se empieza aplicar en medio de una crisis de inseguridad, de una incertidumbre económica y de un serio problema de salud.

Sobra decir que la pústula para atacar la pandemia no debe interferir en el desarrollo del proceso electoral, aunque ya se empieza a ver el interés electivo por delante.

Tal perece que solo los mueve la lógica electorera.

Eso de que la aplicación de la vacuna sea a través de la estructura territorial del partido en el poder, los Siervos de la Nación, no es una señal piadosa, al contrario, solo se obstruye el trabajo del personal de salud, de la gente que sí conoce, que tiene la experiencia.

Por lo que, no descartemos que el criterio que prevalece en tiempos y lugares para el reparto del antígeno es la elección del 6 de junio.

En estos primeros días de aplicación en la entidad, y en todo el país, ya se ha logrado ver que funcionarios y servidores públicos se aparecen en los puntos de vacunación uniformados y con chalecos alusivos al Gobierno federal. Con los colores del negocio que regentea el dueño de “La Chingada”.

La estrategia de vacunación federal responde y depende de los caprichos del tabasqueño, quien, como se puede apreciar, anhela centralizar la aplicación con propósitos electorales.

Al ser la vacunación un programa social, prevalece la urgencia de asentar reglas de operación claras y bien definidas, sobre todo con medidas de acción sin tintes políticos.

En los meses por venir no se asombre usted si algún candidato de Morena hace acto de presencia en las jornadas y lugares de aplicación de la vacuna, es tanta su urgencia por figurar, por darse a conocer que son capaces de recurrir a todo, valiéndoles madre caer en tendencias electorales que resten imparcialidad en el proceso.

Lo cierto es que esta vacuna es esperada ansiosamente por millones de mexicanos y, lamentablemente, de utilizarse con tintes electorales los resultados pueden ser catastróficos, se perderían más vidas.

Dice el señor López que nada de caer en mezquindades mucho menos en intereses electorales, pero lo cierto es que su gobierno ambiciona ser sólo él quien la controle y todo con un solo propósito: obtener raja política a costa del padecimiento de los mexicanos.

De igual forma resulta bastante lamentable que hasta el momento en lo referente a la compra de la vacuna no se ha transparentado nada, no hay mayor explicación de la parte oficial.

Por lo tanto, en esto de la aplicación de la vacuna quien debe estar muy al pendiente es la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) ya que sería el ente encargado de observar las anomalías y en su caso sancionarlas. Claro, siempre y cuando haya voluntad.

La pústula se tiene que suministrar, eso no debe cambiar ni detenerse, de allí la urgencia de que su aplicación no influya en las próximas elecciones.

De usarse la vacuna con fines electorales sería una acción miserable.

Nada de actitudes incapaces y soberbias.

Provecho.