Terminó la buena racha de Mario Delgado como destapador habilitado de Morena.

Tuvo ayer dos tropiezos. El destape de Guerrero se malogró y el de Querétaro fue desangelado.

Mario se quiso pasar de vivo. Llegó diciendo a la reunión con los aguerridos guerrerenses: “este arroz ya se coció” y cuando estaba a punto de decir el nombre del ungido comenzaron las protestas.

Los ánimos se caldearon y Mario resolvió dejar para otro día el destape de Pablo Amílcar Sandoval. 

Lo que llama la atención es que Delgado se comprometió a realizar, ahora sí en serio, sin mascaradas, un par de encuestas para dar el candidato.

El destape de la candidata para Querétaro paso casi desapercibo. Pareció un mero trámite para cubrir la cuota de género. El nombre de Celia Maya dice poco, y lo poco que se dice más le valdría que no se supiera.     |    Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.