Con frecuencia se alerta sobre la vinculación de grupos de activistas con bandas del crimen organizado para sostener el negocio de la toma de casetas y apropiarse del peaje.

Después de todo se trata de millones de pesos en efectivo a los que nadie le sigue la pista. ¿Quién se queda con la tajada de león? ¿Para qué se usa el dinero?

El gobierno del estado de Morelos tiene gran oportunidad de desenredar la madeja.

Al desalojar y detener a un grupo que tenía tomada la caseta de Alpuyeca, se detectó que activistas recibían un pago por día “trabajado”, pero la mayor parte del dinero quedaba en manos de un grupo de la delincuencia organizada que opera, se dice, en Guerrero.

Claro que hay denuncias de que se afecta la libertad de manifestación, aunque nadie dice nada del dinero confiscado a los automovilistas. Hay que seguirle la pista.   |   Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.