En el primer semestre de 2020, las exportaciones agroalimentarias de México sumaron alrededor de 11, 600 millones de dólares, según datos de la Secretaría de Desarrollo Rural (SADER), divisas que significaron un incremento de cinco por ciento respecto al mismo periodo del año pasado y un valor histórico, no alcanzado hasta entonces, e inédito, por haberse generado en pleno pico de la pandemia por COVID19.

A pesar de los resultados alcanzados, el sector agroalimentario no fue el más privilegiado en el Proyecto de Presupuestos de Egresos de la Federación (PPEF) enviado por el Ejecutivo para el ejercicio fiscal 2021, porque si bien es cierto que la SADER tendrá un incremento presupuestal de alrededor del 3.5 por ciento, el proyecto plantea la desaparición de diecisiete programas de apoyo, algunos directos al productor y otros dirigidos al financiamiento.

Los programas que para 2021 ya no se incluyeron en el PPEF son:

  1. Crédito Ganadero a la Palabra;
  2. Fomento Ganadero;
  3. Capitalización Productiva Pecuaria;
  4. Trazabilidad Individual ganadera;
  5. Sustentabilidad Pecuaria;
  6. Proyectos Estratégicos con Valor Agregado (Ventanilla Federal);
  7. Investigación y Desarrollo Tecnológico Pecuario;
  8. Repoblamiento Ganadero Infectado con TB;
  9. Repoblamiento de Abeja Reina;
  10. Fondo de Contingencia para el Sector Avícola y Porcícola;
  11. Fomento a la Ganadería y Normalización de los Productos Pecuarios;
  12. Programa de Financiamiento y Aseguramiento del Sector Rural;
  13. Agroasemex;
  14. Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero;
  15. Fondo de Capitalización e Inversión Rural y,
  16. Fideicomisos Instituidos en Relación a la Agricultura.

De acuerdo con esa propuesta enviada por el Ejecutivo para el análisis del Legislativo, de nada servirá que el sector agropecuario se encamine a tener su mejor año en exportaciones agroalimentarias y una balanza comercial récord, cuando la falta de apoyos, la corta visión del gobierno y una austeridad pésimamente enfocada, amenazan con convertir a 2021 (y los años venideros) en una verdadera tragedia para el campo mexicano.

Las decisiones presupuestarias del Ejecutivo en lo concerniente al sector agroalimentario no solo impactan en la disminución de presupuesto a ejercer para fines productivos, sino que amenaza con desparecer sectores completos como la ganadería y la investigación. En materia económica, afecta la entrada de divisas al país, desincentiva la generación de empleo, y, por sobre todas las cosas, contrae el consumo interno, ya que, si bien es cierto que es el sector que más va creciendo, sin producción nacional, se tendrán que importar los alimentos de otros países, resultando un efecto inverso al propuesto en el discurso oficial.

Si bien existe consenso entre legisladores de diversos partidos en que la 4T ha menospreciado al campo, el colofón a estas pésimas señales es la desaparición de la Subsecretaría de Agricultura de SADER, toda vez que, nuevamente pretextando “austeridad” es un área estratégica que el Ejecutivo desaparece sin considerar las repercusiones directas en la actividad agroalimentaria nacional, asimismo con esa pésima decisión renuncia de facto a coordinar los esfuerzos de los productores y pone en inminente riesgo la pretendida autosuficiencia alimentaria

En un ejercicio de autocrítica, los legisladores de todos los partidos, deberían ponderar el interés supremo que representa nuestro país y sus habitantes, y, en base a eso, analizar y discutir el presupuesto con responsabilidad republicana, implementar y definir los mecanismos de control y rendición de cuentas necesarios y suficientes para garantizar el uso eficiente de los recursos públicos y estimular y no limitar las actividades productivas del campo.

Hoy es buen momento para recordar que solo un país con disponibilidad de alimentos es capaz de garantizar la estabilidad y paz social. Mientras se siga creyendo que la austeridad es no invertir, estamos poniendo en grave riesgo a un país que los últimos 110 años ha enfrentado todo tipo de adversidades, crisis y latrocinios, pero nunca la perversidad de dejar sin comer a su pueblo. Cuidado.