Al interior de las filas panistas, al igual que en otros partidos políticos, se están dando con todo.

Las ambiciones personales se están anteponiendo al interés común.

Los tiempos electorales, aun con la pandemia encima, no dan tregua, se han desatado las pasiones y hasta el más pelón se hace trenzas.

Le cuento:

En la sede estatal de blanquiazul deambulan dos siniestros personajes, son de lo peorcito que ha engendrado este negocio en Veracruz, bueno, esos señalan sus compañeros de partido, gente que sí los conoce.

Uno actualmente es representante popular y el otro, como siempre, no es otra cosa que una autentica rémora que en tiempos pretéritos se dio una vida de jeque gracias a las mieles “del pinche poder”.

Sus nombres ya los conoce uno es Omar Guillermo Mirando Romero y el otro es un tal Eugenio Orestes Pérez Cruz.

Pues este parcito de ternuritas, y decimos ternuritas porque a partir de ahora ya son todo sonrisas, todo amabilidad, cortesía y atención -cuando hace apenas unos meses eran todo lo contrario- ambicionan la candidatura a la alcaldía de Xalapa. Sí, ya andan aventando elásticos con tal de ver coronado su capricho.

En los dos siempre ha imperado la soberbia, los caracteriza un aire de perdonavidas, ambos, teniendo poder, son groseros, petulantes.

Sin mayor trabajo electoral en tierras xalapeñas, ahora intentan sorprender al votante, solo se habrán de colgar de las maltrechas siglas blanquiazules, con la firme intención de ver saciadas sus ansias de dominio.

El actual representante popular ha sido gris, mediocre, no ha sabido actuar como una verdadera oposición, su fuerte ha sido recurrir a los manotazos, a la grilla barata. Es protagonizo y hasta allí.

La falta de seriedad le brota de manera natural por los poros, es mostrenco.

Y el otro, el tal Eugenio, hacia el interior de las filas panistas lo conocen por oportunista, ha sobresalido como advenedizo.

Su paso por la entonces delegación del Banco Nacional de Obras (Banobras), fue ceniciento, insípido, sin mayor beneficio para Veracruz.

Se dedicó a mal informar a los alcaldes y, según se dice, a negociar la aprobación de los créditos.

Como diputado federal, en la LVIII legislatura, fue uno más del montón. Un auténtico chivo en cristalería.

Aun cuando formaba parte de las comisiones de Transporte, Comunicaciones y de la Especial Encargada de Coadyuvar y dar Seguimiento a los Proyectos de Desarrollo Regional relacionados con la Región Sur-Sureste de México, (¿?), su especialidad fue levantar el dedo y cobrar la dieta. El turismo legislativo fue algo que distinguió muy bien al tal Eugenio Orestes.

El auxiliar contable, egresado de la gloriosa “Academia Hidalgo”, ahora se desvive por los xalapeños, ya aprendió a sonreírle al jodido, al mugroso, como en su momento, se dice, los llamo su hija Cristina, a los pobres habitantes de las colonias marginadas de la capital veracruzana.

Esperemos programas, esto apenas comienza.

Provecho.

 

SENADOR RICARDO AHUED

De lo poco rescatable que tiene la 4T.

El representante popular es gente de bien, un personaje que brilla con luz propia, él no necesita de luminarias mucho menos se ve en la necesidad de hacer aspavientos, sobra resaltar la simpatía y apoyo incondicional que le otorga el electorado veracruzano. Así de sencillo.

Los tozudos, esos que todo ven mal y nada bueno aportan, a fuerza intentan empañar su nítida trayectoria política, le buscan, pero no le encuentran, lo que desconocen, porque apenas vienen llegando a tierras veracruzanas, es que el parlamentario siempre ha mostrado congruencia entre el decir y el hacer. Es un político que goza de una cabal salud moral, tiene calidad para hablarle de frente al electorado, no le esquiva la mirada a nadie.

Por eso ahora que le intentan endilgar una medallita solo pierden su tiempo.

Recordemos que la transparencia siempre ha sido una constante el Ahued Bardahuil, su transitar en la política, tanto nacional como veracruzana, no tiene sesgo alguno.

Por eso la única sugerencia que se le puede dar a esos mostrencos malquerientes es que dejen de perder su tiempo, que se pongan a trabajar en bien de los veracruzanos, que no olviden que para eso se alquilan, para eso les pagan y bien, muy bien.

Por lo mientras el representante popular se dedica a entregar buenos resultados, a responder de manera positiva a la confianza depositada en las urnas.

Ricardo Ahued, es un verdadero aliado del señor López, por puesto que sí.