La priista presume de lo que le debería de dar vergüenza. 

Sin mayor trabajo partidista, y sí, en cambio, con serias traiciones hacia el instituto político que hoy la lleva a San Lázaro, ya anda festejando el regalo que le hizo llegar el tabasqueño. 

Fuera de sus trabajos de burócrata, y de pertenecer al establo de Elizabeth Morales y de Javier Duarte, no tiene más mérito para ir a levantar el dedo y cobrar si dieta. 

Ya en una ocasión lo externó Ulises Ruiz, ella se trepó a una diputación federal plurinominal al servirle de comparsa al campechano, un títere del dueño de “La Chingada”, para lograr su ambición de llegar al CEN del PRI, en las pasadas elecciones priistas. 

Por todos es conocido que el actual dirigente nacional del tricolor utilizó a la duartista para restarle votos a Ivón Ortega, quien tenía toda a su favor para llevar las riendas de las bases priistas en el país. 

Como bien dicen los escasos militantes priistas que aún tienen confianza en los escombros que anidan en la esquina de Ruiz Cortines y Francisco Moreno, si tuviera vergüenza Lorena, lo ideal es que guarde silencio, debería llevársela calladita, porque obtener una diputación federal plurinominal a cambio de prestarse a una banda de bribones para instalar en el CEN del PRI a un testaferro del nacido en Macuspana, los cuales ambicionando que no les investiguen sus tropelías, se apoderaron de ese partido para que evada su papel opositor y entregara » legalmente» las gubernaturas que le quedaban, es toda una felonía. 

Resulta bastante lamentable que una persona como Lorena se haya prestado a esa traición y de igual forma es atroz que ahora venga a presumir de una diputación federal como si la hubiera obtenido en las urnas, por la vía de mayoría relativa y todavía más, que ande mintiendo al resaltar que su prioridad es Veracruz, como si para serlo, bastara con declararlo. 

Sobra decir que, en Veracruz, el Revolucionario Institucional tiene muchas mujeres que no han obtenido sus responsabilidades mediante atentados y engaños a la democracia.  

Con sus desplantes esta duartista únicamente provoca rechazo y las bases le recuerdan, que no es con esas conductas de simulación democrática, como la que le consintió ser diputada plurinominal, como el partido va a rescatar su buen prestigio. De esa forma nunca habrá de recobrar la confianza de los cuadros tricolores. 

Piñón Rivera no debe olvidar que lleva el tatuaje político de Duarte y de la banda de rufianes que, desde el PRI y otros partidos, hoy sirven postrándose a los pies del señor López.  En la administración del ahora recluso fue directora del Instituto de la Juventud Veracruzana.  

Sin lugar a dudas que Lorena simboliza todo lo malo que tiene que desechar el tricolor, si es que en verdad desea trabajar para que el electorado vuelva a creer en él. 

Recordemos que la oriunda de San Rafael, años atrás fue expulsada del tricolor, por lo que su candidatura a la dirigencia nacional le fue cancelada luego de la resolución emitida por la Comisión Nacional de Procesos Internos, donde se establece que la veracruzana aceptó la candidatura de Acción Nacional a una diputación local. 

Sus derechos como militante priista le fueron restituidos gracias a que interpuso un recurso de protección a los derechos político electorales ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, órgano que revocó la resolución de la Comisión Nacional de Procesos Internos.  

Lorena Piñón, es todo un chivo en cristalería.     

Provecho.