El choleño no tiene llenadera. Sobra decir que siempre que Yunes Landa, ha estado cerca del poder, lo exprime al extremo, lo usufructúa al máximo. 

Con la quimera de que controlaba a Dante, supo venderle a Fidel Herrera, esa relación, pero, hábil como es, a ese cuento le agregaba, y presumía, del padrinazgo de Manlio Fabio Beltrones, utopía que le llevó a que no solamente fuera mayordomo del Congreso local y manejar a su antojo su presupuesto, sino que lo utilizara para construir una candidatura, con la que pretendió arrebatarle a Duarte esa distinción. 

Gracias a su docilidad Javier Duarte lo hizo senador. 

Al ex gobernador le sacó ocho cargos para los integrantes de su pandilla. 

Pero eso no es todo, también hizo posible que sus cercanos lucieran una docena de guardaespaldas, los cuales cuando se paseaban por las principales plazas comerciales despertaban toda clase de murmuraciones.  

Hacia el interior de la sede estatal priista tenía varios lame botas. 

Hizo alianza con Elizabeth Morales, con Adolfo Mota, con Ranulfo Márquez “Tonicho”, con Adolfo Ramírez, con Renato Alarcón, todos ellos duartistas, lo que le permitió en 2018 repartir entre su servidumbre y parentela los mejores espacios.  

No obstante, su ambición y traición hicieron que se fuera quedando sólo. Como de tonto no tiene nada el Choleño, y previendo no alcanzar el número de votos requeridos para que le confirmaran el registro de su nuevo partido, se blindó por si las dudas y exigió encabezar la lista de pluris, lo que no logró, por lo que lo mandaron en la tercera posición. 

Pensando que no tendría mayor problema para adjudicarse dicho privilegio dado que el PRI cubre el umbral, lo que no tomo en cuenta es que, de acuerdo con la ley, esa tercera diputación o bien le toca a una mujer, por equidad de género, o a un joven. 

La realidad es que las cúpulas priistas no han hecho nada por sacudirse de sus lacras, los derroteros que han tomado los últimos acontecimientos han logrado que muchos sinvergüenzas deserten o de plano su propia conducta los coloque fuera del PRI, como Héctor, que ahora mendiga fuera del partido que lo vio nacer.

MARLÓN RAMÍREZ

En la próxima entrega le platicamos sobre esa supuesta generosidad del porteño, al cederle el escaño local a su suplente, si al ex duartista, Ramón Reyes Viveros. 

Lo cierto es que el entenado político de Miguel Ángel Yunes Linares, es un convencido de que “el miedo no anda en burro”, y es precisamente allí el meollo del asunto de tan “generoso” acto. 

El monosabio, en términos taurinos, que tiene Miguel Ángel está cierto que en la próxima legislatura local la franquicia que regentea corre un alto riesgo de no poder conformar su grupo parlamentario dado el número de representantes populares que habrá de tener. 

Luego entonces o habrán de traer a tiro por viaje. 

Provecho.