Tal y como se adelantaba la reforma electoral con cambios constitucionales propuesta por el presidente no pasó. Le faltaron votos.

El gobierno llevó entonces a San Lázaro el mamotreto de su Plan B de Reforma Electoral, unas 300 cuartillas, para leerlo, analizarlo y votarlo, de ser posible, el mismo día. ¿Por qué las prisas?

Es un tema vital para la democracia mexicana, debió presentarse y abrir un periodo de deliberaciones con expertos que tuvieran tiempo de evaluar el impacto de su contenido, incluidas las letras chiquitas.

Lo importante, en lo que no pude haber dudas, es mantener la autonomía del INE. Las medidas de austeridad que no afectan el nivel óptimo de operación pueden debatirse.

La situación dio lugar a un diálogo surrealista porque legisladores de diversas fracciones atacaban o defendían el proyecto de oídas, sin conocerlo al detalle.   |  Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.