Quien ayer hizo el berrinche de su vida… bueno, uno más, fue la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas. Nos cuentan que durante la mesa virtual para ver temas de presupuesto, a Cuevas le dio por no llamar a los legisladores por su nombre, y referirse a ellos despectivamente sólo como “diputado 1”, “diputado 2”, etcétera. En cuanto le reclamaron su actitud nada cortés, ella enfureció y dijo: “Entonces ustedes llámenme señora alcaldesa”. Y segundos después, se desconectó tras un apresurado “Dios los bendiga”. Ya ni se esperó a conocer de cuánto será su techo presupuestal. No faltó quien recordara que en su proceso penal por la agresión a tres policías, el juez le ordenó tomar terapia para control de la ira. Y por lo que se vio ayer, nos dicen, la titular de Cuauhtémoc incurrió en desacato. Uf. | Se lee en “Rozones” de La Razón.
Berrinche de Cuevas
