Nos comentan que, en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la voz cantante sigue siendo la del secretario ejecutivo, Francisco Estrada Correa, quien recomendó a la titular, Rosario Piedra Ibarra, meterse de lleno a la reforma electoral, tal como la quiere el inquilino de Palacio Nacional. Trabajadores de la institución aseguran que Estrada es “la mano que mece la cuna” y nada se realiza sin su voluntad. Desde 2021 hubo una serie de correos electrónicos de inconformes dentro del organismo que denunciaron el llamado “rediseño institucional” que encabezó don Francisco y señalaron prácticas de acoso laboral e incluso una “red de tráfico de influencias”. Así perciben a don Francisco, antiguo asesor de Morena en la entonces Asamblea Legislativa, conocido más como operador político que como defensor de derechos humanos.   |  Se puede leer en “Bajo Reserva” de El Universal.