* Considerada una de las 100 mujeres más influyentes quiere que su activismo salve a más mujeres

Excélsior

CIUDAD DE MÉXICO. Olimpia Coral, quien fuera víctima de violencia digital y que gracias a su activismo logró hacer ley a nivel federal el castigo a este tipo de agresiones, espera que su inclusión en la lista de las 100 mujeres más influyentes en la revista Time sirva al movimiento feminista “que tanto me ha regresado las ganas de vivir y tanto me ha salvado”.

Yo estoy en esa revista por sororidad y la ruptura de esa frontera ilógica y tonta entre Estados Unidos y México en la que una mujer, Amanda Nguyen, fue también sobreviviente de violencia sexual, me dio voz y me dio pluma, a través de su redacción en Time”, aseguró en entrevista con Pamela Cerdeira en
De Pisa y Corre.

Olimpia Coral consideró fundamental que las víctimas de este tipo de violencia tengan acceso a la educación sexual y digital.

Ahora quiero que lo que no sabía sí lo sepan otras mujeres y lo que yo no pude tener sí lo tengan otras mujeres. Ojalá cuando a mí me pasó me hubiera cuestionado el sexting y la cultura porno, ojalá hubiera sabido todo lo que ahora sé”.

El amor propio y hacia tu cuerpo debe ser importante para enfrentar este tipo de situaciones, apuntó.

No sabía hasta dónde íbamos a llegar, pero sí, que todo el país y ahora que todo el mundo sepa que nuestros cuerpos no son para diversión de las redes sociales”.

Reveló que tuvo que estar en un confinamiento de ocho meses, a partir de la experiencia que le sucedió, y que sólo se atrevió a salir a la calle y ser libre después de haber perdido el miedo y de cuestionarse: “¿Por qué me culpaban de mi cuerpo desnudo y mi sexualidad?”.

Cuando tenía 18 años Olimpia fue videograbada por su novio al sostener relaciones sexuales juntos, el video se hizo viral en Huauchinango, Puebla, y recibió burlas y críticas en su comunidad. Al intentar denunciar los hechos ante las autoridades no procedió, porque no estaba tipificado como delito. Entonces, Olimpia decidió emprender una lucha para que el autor material recibiera un castigo y las mujeres y niñas no vivieran lo que ella vivió. Así, escribió una iniciativa de ley para sancionar la violencia digital.

Que este privilegio que tuve de estar acompañada y no ser juzgada, sirva para hacer menos dolorosa la forma en que ellas lo viven”.

Al conocer a otras víctimas de violencia sexual e investigar supo el término “porno venganza”, pero concluyó que no se trataba de una venganza, sino de violencia hacia mujeres.