Llamó mucho la atención que mientras en San Lázaro, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna, recibía muy temprano a Lorenzo Córdova Vianello —consejero presidente del INE y antiguo “archienemigo” cuando el primero representaba a Morena ante el instituto—, para fumar la pipa de la paz y perfilar una relación institucional entre la Cámara y la autoridad electoral; en Palacio Nacional, a la misma hora, el presidente Andrés Manuel López Obrador atizaba al mismo Córdova y a otro presidente, Reyes Rodríguez, del Tribunal Electoral federal, con el argumento de sus salarios y remuneraciones. Gran contraste entre dos sectores de un mismo movimiento político. Es por eso que algunos se preguntan si la 4T será capaz de mostrar otro rostro ante el cambio de circunstancias políticas, como algunos dicen que es el nuevo ánimo morenista. Publica «Bajo Reserva» de El Universal