El alcalde electo no descansa. 

Fiel a su estilo y a su costumbre anda activo, el trabajo es lo suyo, el sentido de responsabilidad lo caracteriza. 

El senador con licencia sabe de las necesidades y urgencias que padece la capital del estado, no desconoce del tema, está bastante bien empapado de las prioridades en las colonias, en las congregaciones y en el centro de la ciudad. 

Sobra decir que Ahued Bardahuil nunca se ha alejado de la realidad que padece Xalapa, mucho menos ha descuidado a la población, a los vecinos. 

El gran aprecio que le muestran los habitantes no se vaya a pensar que es producto de la casualidad, lo anterior es el resultado de su excelente actuación como alcalde y legislador, tanto local como federal, y si se trata de dar un ejemplo, allí están los resultados de la pasada jornada electoral del seis de junio. 

Las cifras son incuestionables. 

Ahued Bardahuil, trabaja sin poses, sin luminarias, la comunicación que mantiene con los sectores es permanente y de manera natural. 

A cuatro meses de tomar posesión del cargo conferido en las urnas, ya tiene lista una buena cantidad de carpetas donde de manera clara y detallada centraliza las peticiones recibidas y las prioridades de obra pública, del tendido de la red de energía eléctrica, del desarrollo urbano, de la introducción y mejoramiento de la red de agua potable, entre otras urgencias. 

El equipo que le acompaña es gente seria, responsable y bastante bien entendida del compromiso que llevan a cuestas y que habrán de transportar una vez iniciada la administración municipal. 

Todos ellos han unido esfuerzos, tiene muy presente el bienestar común, nada de intereses personales, mucho menos zancadillearse, ya que de recurrir a los golpes bajos lo único que estarían haciendo es perjudicar al alcalde electo.  

Están ciertos que el desempeño debe ser prudente, cuerdo y detallado, la confianza que en ellos descansa el alcalde electo no puede, ni debe, ser defraudada. 

Así de sencillo. 

Sin lugar a dudas que Ricardo Ahued habrá de iniciar su administración con paso firme, con rumbo.  

Bien.