El caso de los hermanos González Moreno ilustra de forma despiadada el desamparo de la población ante la acción de la delincuencia organizada.

Un grupo de al menos ocho personas, armadas con fusiles de asalto, entró al domicilio particular de los hermanos, en Guadalajara, y se los llevó. Un par de días después aparecieron sus cuerpos sin vida.

El desparpajo muestra la certeza de los asesinos de que se saldrán con la suya, de que no encontrarán ningún tipo de obstáculo.

Lo que siguió es lo mismo de otras ocasiones: el gobierno del estado y el federal se echan la bolita.

Se resisten a asumir responsabilidades y crean las condiciones para que el triple homicidio se sume a otros muchos casos que quedan impunes.   |  Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.