El director administrativo de la Sedarpa debería bajarle al acoso sexual en contra del personal femenino; debe cesar el hostigamiento hacia las trabajadoras de la dependencia, pues las mujeres merecen respeto y ya no soportan sus leperadas. Este sujeto –no se le puede llamar servidor público- tiene que pensar muy bien sus actos porque se vienen en cascada denuncias y quejas en su contra.