Susana García Parra

Xalapa, Ver., 30 de octubre de 2022.- Vestidos de blanco y con globos en mano, lo recibieron en la Cancha del Valle, al ritmo de una batucada, para recodarlo como el niño alegre y feliz que era.

Su ataúd fue colocado en medio del lugar, entre decenas de globos blancos y rodeado de sus compañeros de equipo del fútbol “Pumas Fovissste”.

Betito nació el 22 de septiembre de 2011 en Xalapa. Era un amante del fútbol; su posición favorita era la del delantero donde logró llevar a la victoria a su equipo en múltiples ocasiones.

Tenía 11 años de edad cuando ingresó al hospital por un dolor aguado en el estómago; los médicos le diagnosticaron linfoma de Burkitt por lo que requería de un trasplante de médula ósea para poder sobrevivir.

Su familia inició una campaña para recaudar fondos, ya que el costo de la intervención era de 3 millones de pesos. En los últimos meses, se sometió a una cirugía y sesiones de quimioterapia, pero tuvo una recaída.

Su petición de ayuda llegó a cientos de personas que se sumaron a realizar rifas, eventos y recaudaciones a beneficio del menor, incluso, hace algunos días, jugadores profesionales de su equipo favorito, Pumas, lo visitaron y le dieron palabras de apoyo.

Sus compañeros del equipo, imprimieron lonas donde le dejaron múltiples mensajes: “te vamos a extrañar”; “Nuestro Campeón” y “Betito no se rindió”. También leyeron algunas cartas donde lo recordaron como un gran delantero y sobre todo el mejor de los amigos.

Sus padres agradecieron a los asistentes, quienes lo despidieron con decenas de aplausos que hicieron eco en el lugar; antes de retirarse, colocaron su ataúd al frente de la portería y lo ayudaron a meter su gol.

Betito movió muchos corazones, quienes sin conocerlo se sumaron a su causa, y hoy, llenan las redes sociales con esquelas y mensajes para desear el pésame a su familia, quien aseveró, se “convirtió en un ángel. Se fue en paz rodeado de su familia y mucho amor”.