* En un juego con tres goles anulados, dos a Benzema y uno a Alaba

MARCA

El Real Madrid transformó la enorme distancia entre el líder y el colero (0-3). Lo hizo con un partido sólido, brillante por momentos, aunque tuvo que esperar hasta el último tercio para rematarlo. Karim Benzema estrenó su Balón de Oro macando tres tantos, sólo uno de ellos validado, certificando el valor colectivo de su premio, bien respaldado por Rodrygo, Valverde y compañía. Hasta por Lunin, que evitó el empate provisional de un Elche voluntarioso, en el partido gracias al VAR. Es una cuestión de fe. Hay que creer en la infalibilidad del delineante, aparejador o ingeniero que tira las líneas. No hay otra.

Se esperaba una generosa ración de cambios en la alineación de Carlo Ancelotti para el partido ante el colista, tras el Clásico y antes de recibir a un rival Champions como el Sevilla. Desde el once, el italiano proclamó la máxima importancia al choque, aunque el costo fue mermar la confianza de algunos futbolistas que esperaban jugar en el Martínez Valero. Camavinga, Lucas Vázquez, Nacho… Los tipos que convierten un gran equipo en una plantilla de campeón. Nadie sabe más que Carlo, porque la entrada del Madrid al partido fue arrolladora.

En media hora, la tormenta perfecta blanca pudo dejar como un solar el Martínez Valero. Benzema sacó brillo al Balón de Oro empujando un servicio de Vinicius tras una jugada excelente de todo el ataque, pero el VAR descubrió con sus líneas un fuera de juego de Vini y lo anuló. Clerc salvó poco después en la línea el remate de Karim, de nuevo a servicio de Vinicius, y en la continuación de la jugada la pelota saltó al borde del área, cayó a Valverde y el uruguayo voleó con la zurda a la red. Imparable.

Kroos situó a Fede en el podio de los mejores del mundo en estos momentos. El elogio, raro en un germano, resulta tan certero como el toque de Toni, de nuevo a gran altura como eje del fútbol blanco. Después de una caída de Rodrygo ante Bigas reclamada por Goes, el Elche tomó aire en campo contrario. Morente, tras un tiro de equina, buscó la escuadra, pero encontró una respuesta demoledora del líder. Arrancó Alaba desde el lateral, combinó con Modric, con Valverde y con Benzema para resolver el mano a mano con un tiro cruzado. Un jugadón monumental al paraíso de los goles perdidos por otro fuera de juego microscópico, por un trozo de trasero de Benzema al buscar el apoyo.

El caso es que el Real Madrid jugó muy bien, pero no rompió el partido, y el Elche lo reivindicó en el tramo final del primer acto. Un remate lejano y cruzado de Nico precisó de una buena mano de Lunin, y Boyé, un delantero clásico que brilla ante los grandes equipos, tuvo la suya a la media vuelta. De nuevo eficaz el meta ucraniano. Al descanso, partido vivo.

Que el conjunto franjiverde tiene más calidad que puntos quedó claro en el segundo acto. Pudo empatar al rescatar una pelota llovida Nico para colocar a Boyé, que voleó cerca del larguero. Subió la presión en campo contrario el Elche y, claro, se destapó. Benzema, que regresó de vestuarios con las botas doradas conmemorativas, les sacó brillo primero con un tiro lejano que sacó Edgar Badía. Y como no hay dos sin tres, Benzema resolvió con elegancia absoluta un centro de Carvajal, bajando con el pecho y acomodando en la red, pero el lateral arrancó en fuera de juego, por más de dos centímetros esta vez.