Al mozo de estoques de Jorge Carvallo, lo han inclinado.

Los Morales, de Ayahualulco, con poco lo acalambraron.

Le cuento:

A estos caciques de rancho, Abundio y Filiberto, ni a melón les supo el porteño, se lo almorzaron a la primera y sin mayor dificultad.

Para el electorado de toda esa prospera región veracruzana es un secreto a voces el que estos consanguíneos ya se hayan puesto a mano con la dirigencia estatal priista, se dice que este parcito de ternuritas ya le entraron con su billete, lo que le permite heredarle la silla municipal a su otro hermano, un tal Arturo.

Pero como estos sujetos no tienen llenadera y, para acabarla de chingar no existe liderazgo priista, ahora ya también se habrán de agenciar la diputación local. Sí, así como lo leyó de eso y más presumen estos consanguíneos.

Lo cierto es que, en Veracruz, el PRI está marchito, el aroma que sale de la esquina de Ruiz Cortines y Francisco Moreno es nauseabundo, solo escombros e inapetencia opositora es lo que se percibe en el vetusto edificio.

Por lo mientras en Ayahualulco los hermanos, Arturo y Abundio ya se frotan las manos, el primero habrá de aposentar, según ellos, sus enclenques glúteos en la silla principal del palacio municipal y el segundo se habrá de ir a dormir a la esquina de Lázaro Cárdenas y Encanto, eso sí, únicamente percibiendo su jugosa dieta y alzando la mano.

Por cierto, luego le platicamos de las aventuras donjuanescas del tal Abundio, un libidinoso sujeto el cual a una nada estuvo de irse a pasar unos días al reclusorio de Pacho Viejo, esa vez en estado burro, entiéndase borracho, y en la cúspide “del pinche poder”, ya que era alcalde, le broto lo Juan Camaney.

No los pierda de vista, la Caja de Pandora apenas será abierta.

En la próxima entrega ampliamos al respecto.

Y felicidades, por que como reza la máxima popular, estos sí salieron más cabrones que bonitos.

EDEL ÁLVAREZ PEÑA

Sabia virtud de conocer el tiempo.

Así reza esa exquisitez de poema del ilustre Renato Leduc.

Y es precisamente lo que ha hecho el todavía magistrado.

El jurista le dio tiempo al tiempo y ahora se retira del poder judicial.

Da paso a las nuevas generaciones.

A la sangre renovadora.

No le gana la ambición, mucho menos anida la intriga.

Institucional como siempre, hizo prevalecer el dialogo, el respeto, la conciliación.

Nada de provocaciones mucho menos reprimenda.

Sabe hacer política, no es improvisado, tiene tablas y conoce los caminos.

Su retiro es reconocido por muchos.

Así de sencillo.

Bien.