MARCA

 

El derbi se pintó de blanquirojo tras la victoria del Sevilla (2-0) sobre el Betis en la reanudación de LaLiga tras el parón por el coronavirus. Las bocinas del sonido local del Ramón Sánchez-Pizjuán vibraron al simular el ambiente en las gradas, mismas que lucieron inusualmente vacías ante el duelo a puerta cerrada.

La espera fue larga. La sensación de la primera jornada se vivió en la fecha 28, donde el cuadro local inició el duelo con mejor idea a pesar del ímpetu de los verdiblancos. Rubi decidió dejar a Lainez y Guardado en el banco, este último nunca pisó el césped para jugar, ni con la novedad de los cinco cambios reglamentarios.

El primer lapso fue un ataque constante del Sevilla y un aguante con carácter del Betis, pero el peligro se sintió de verdad a los 10 minutos, luego de que Lucas Ocampos estrellara el balón en el travesaño, augurio de lo que vendría más adelante. Jules Koundé también la tuvo tras un córner, pero el esférico solo rozó el poste. Mientras, el Betis solo disparó una vez al marco contrario, gracias al ánimo de Sergio Canales, pero nada que inquietara a Vaclik.

La segunda mitad no cambió, en principio. El Sevilla no dejó de presionar y al 55′ tuvo su recompensa, cuando Marc Bartra se recargó sobre Luuk de Jong y el silbante no dudó en señalar el punto de penalti. Incrédulos, los jugadores visitantes reclamaron sin respuesta. Un minuto después, Ocampos fue el encargado de reanudar la cuota de goles de LaLiga.

Rubi reaccionó enviando a Diego Lainez a la cancha. A pesar de los escasos minutos que ha tenido el mexicano en la temporada, el técnico del Betis confió en su talento. No era mala idea, solo que para su pésima suerte pasaron pocos segundos para que Fernando Reges marcara el segundo tras un tiro de esquina al 62′.

A pesar del golpe en la moral, Lainez buscó impulsar al Betis hacia el descuento. No lo logró pero dejó un buen sabor de boca que lo mantiene con esperanzas por obtener un mayor protagonismo en lo que resta del campeonato.