Y de quien ayer circularon imágenes y videos antes de abordar y ya en el pasillo del avión de un vuelo comercial fueron de la Presidenta Claudia Sheinbaum. Es sabido además que la mandataria no pretextó la longitud del trayecto —va nada menos que hasta el extremo del continente, a Río de Janeiro, Brasil, para participar en la Cumbre del G20— o lo complicado que éste pudiera ser para solicitar condiciones especiales de traslado. Y por supuesto que esta forma de actuar, nos hacen ver, implica un mensaje y si ve bien una instrucción, pues ahora nadie del equipo de Gobierno —y esto podría hacerse extensivo a quienes forman parte de la cada vez más heterogénea 4T, si de gustos y placeres se habla—, tendrá que viajar de manera distinta por muy largo, engorroso o incómodo que pueda ser el viaje. Así que, nos hacen ver, a guardar aviones y helicópteros privados o exclusivos. Y a organizarse mejor cuando haya que moverse largas distancias, porque el tope ha quedado fijado. Pendientes. | Se lee en “Rozones” de La Razón.