¿Cuánto ruido debe hacer un pueblo para que su voz sea realmente escuchada? En Campeche, la respuesta es ensordecedora. Al grito de “¡Fuera, Layda!”, miles de ciudadanos colmaron una vez más las calles en un clamor porque Layda Sansores, la gobernadora, y Marcela Muñoz, la secretaria de Seguridad, renuncien a sus cargos. Representan, para muchos, el símbolo de una gestión fallida, de promesas incumplidas y de una conexión peligrosamente cercana con intereses oscuros. La “megamarcha” refleja un descontento profundo. Uno, cuyo eco no puede ser ignorado. Salvo por la 4T. | Se detalla en “Frentes Políticos” de Excelsior.