Nada de que sorprenderse. Esa que sería la madre de todas las elecciones no fue otra cosa que un mero trámite, una forma de legitimar el abuso de poder y el acarreo. Al viejo estilo priista los entenados políticos del López de palacio nacional «sacaron la chamba». El partido en el poder dio una cátedra de aquella máxima que reza que «el poder es para poder».
Todo salió a como lo planearon, vaya, hasta la derrota del norteño, esa que ya era esperada en palacio nacional, ya que a eso mandaron al tal Armando, a perder.
El objetivo era quitárselo de encima, sacarlo de la jugada y seguir utilizándolo en el senado.
En el estado de México el apretón de criadillas que le dieron a Del Mazo fue suficiente para calmarlo, estrujón parecido al que le acomodaron a «Amlito», perdón a «Alito», Alejandro Moreno Cárdenas, mismo que le permitió conservar su libertad y así evitar pisar una fría celda de un CeFeReSo, apretón muy similar al que le van a proporcionar, en breve, a Miguel Ángel Yunes Linares.
Un estate quieto muy efectivo.
En el estado de México el legado priista, iniciado hace casi cien años, ha muerto y junto con dicho instituto político también fenece el célebre y, otrora, poderosísimo Grupo Atlacomulco.
Sin embargo, y sin ninguna pizca de empacho, el dirigente más no líder nacional priista, ese que actualmente es mozo de espadas del López de Macuspana, un tal Alejandro «Amlito» Moreno Cárdenas sale a presumir lo que le debería de dar vergüenza, se ufana del pírrico triunfo de su partido en Coahuila, una victoria mas que anunciada, un logro que sólo prolonga la agonía del tricolor y no otra cosa.
Quien de manera más que sarcástica celebró esta derrota fue el expriista Mario Delgado Carrillo, hoy chairo de corazón y antiguamente un priista recalcitrante.
En el estado de México, Alfredo Del Mazo tuvo la desdicha de hundirle el último clavo al ataúd priista. ¿Y en Veracruz, quién?
Ahora la óptica habrá de estar fija en el 2024, año en el que el López de palacio nacional, habrá de concluir su mandato y esta vez, debido a una reforma a la ley electoral aprobada en el 2014, lo hará el día 30 de septiembre.
De igual forma en ocho entidades federativas, entre ellas Veracruz, habrá relevo de mandatarios, jurisdicciones donde el partido en el poder tendrá que trabajar muy a fondo, lo anterior debido al pésimo trabajo de los actuales gobernadores.