México paga una factura muy alta en materia de imagen internacional por el secuestro de cuatro estadounidenses, y el asesinato de dos de ellos, en la fronteriza ciudad de Matamoros, Tamaulipas.

Los dos sobrevivientes concedieron una entrevista a Anderson Cooper de CNN para describir el terror que vivieron.

Una de las víctimas dijo en cadena nacional que sus captores portaban máscaras con la imagen del diablo.

Desde luego esto abona a la narrativa que se está imponiendo en Estados Unidos de que los sicarios mexicanos son terroristas que deben ser eliminados por fuerzas especiales de Estados Unidos, incluso en territorio mexicano.

En la entrevista se recordó que el ataque ocurrió a mediodía en calles céntricas de esa ciudad y que una vez secuestrados los norteamericanos fueron llevados a distintos lugares. La policía mexicana, casi sobra decirlo, no intervino en ningún momento.

El Cartel del Golfo asumió que una de sus células perpetró el ataque. Los demonios siguen sueltos en Matamoros.   |  Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.