Para sus amanuenses el choleño es un político hábil, pero para miles de priistas no es otra cosa que un auténtico judas, un político mal agradecido que ahora traiciona al instituto político que le ha dado fama poder, un partido que le ha permitido encumbrar a su familia en diversos cargos de elección popular o bien en importantes puestos de la administración tanto estatal como federal. 

Sobra recordar que la crisis del Partido Revolucionario Institucional se debe a la soberbia de sus vacas sagradas.  

De igual forma el haber ignorado a las bases le ha hecho morder el polvo dejando de ser una autentica opción electoral. 

Y allí la debacle priista. 

Para la clase política veracruzana es un secreto a voces que el choleño es un traidor y ya ni mencionar el que haya sido el artífice fue para que el entonces candidato a la gubernatura de Veracruz, José Francisco Yunes Zorrilla, “Huevos Tibios” para algunos, malgastara de manera estrepitosa su campaña y lograr que el tricolor se hundiera hasta la tercera posición electoral. 

Hasta allí se podría ver lo que pudo haber sido la inicial felonía al instituto político que lo hizo enderezó en su carrera política.   

Recordemos que Yunes Landa perdió las elecciones a gobernador, por no saber deslindarse de Duarte, aprovechó el vacío de Pepe y Américo, para apropiarse de las pluris y repartirlas entre sus incondicionales.  

Los priistas coinciden, Héctor no sólo vendió al partido sino a su militancia también y quien vende una vez vende siempre. 

Otro claro ejemplo de su fuerte inclinación a la traición es el partido satélite que inventó, ese que pomposamente llamó “Todos por Veracruz”, membrete que aprovecharía de plataforma para saciar su ambición política, obtener la candidatura a gobernador en 2024, al no ser favorecido por el tricolor. 

Lo curioso es que por lo anterior existe un proceso de expulsión en su contra, documento que fisgonamente se encuentra empolvado, sin ser tocado por los priistas jerárquicos. 

Ante este proceso los priistas veracruzanos han mostrado tibieza, han optado por agachar la cabeza. 

La ambición ha invadido a Yunes Landa. 

Eso queda claro.