El colimense solo hace el ridículo. 

Además de que cualquiera la falta el respeto y lo ignora, nadie lo toma en serio. 

Su llegada a la cúpula de los renegridos se vio muy manoseada, llena de impropiedades y sinsabores. 

Sus llamados a la unidad son tomados como llamadas a misa, por eso aun cuando pregone que MORENA se encuentra en el mejor momento lo cierto es que las fracturas hacia el interior de dicho negocio son más evidentes, bastante visibles y las críticas hacia su persona se acrecientan día con día. Con todo lo que se diga y se le pretenda favorece son incontable las expresiones de las tribus morenas que se pronuncian por su expulsión. 

Sobra decir que los incomodos de las bases renegridas ya son indefendibles y, lo peor, ya les vale madre mostrar su inconformidad, la hacen visible en cualquier momento y en cualquier lugar. Allí tiene al gobernador de Puebla.