El gobierno federal acusó al coronel José Rodríguez de ordenar el asesinato y desaparición de los cuerpos de seis normalistas de Ayotzinapa que sobrevivieron a la noche triste de Iguala, pero no a la acometida del militar.

Es una acusación gravísima, después de la cual nada puede ser igual.

La intervención directa de soldados en ese caso hace evidente una acción concertada por lo menos entre autoridades y policías municipales de Iguala, los Guerreros Unidos y ahora personal del 27 Batallón de Infantería.

¿Cuál es el origen de esa bizarra complicidad? ¿Qué cemento los une? La única respuesta a la mano es el negocio de las drogas que se generan a partir de la amapola, heroína, sobre todo. Es una afirmación devastadora, es verdad, del mismo nivel que la acusación.

El asunto que genera escalofríos, es que el coronel Rodríguez no se mandaba solo, nadie en el Ejército lo hace, por lo que seguir la ruta de la cadena de mano marcará un antes y un después en la historia del instituto armado.   |  Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.