Alito no genera consensos al interior del PRI; al contrario, es el campeón de la discrepancia, que antecede al rompimiento.

Quedó claro durante la reunión plenaria del partido en Mérida, donde la mitad de la bancada se salió del reciento cuando Alito, que todavía es dirigente nacional, estaba por hacer uso de la palabra.

La otra mitad se quedó, pero el desencanto ya había cundido y parecía más bien un funeral que una reunión para la establecer la agenda legislativa.

Alito trae pleito con Osorio Chong, se sabe, pero hay otros senadores de peso, como Eruviel Ávila y Claudia Ruiz Massieu que también mostraron su rechazo. Lo más difícil para el PRI está por venir. No se ha visto nada todavía.   |  Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.