Qué tiempos aquellos cuando dicho nosocomio era visto con respeto, los trabajadores le tenían un verdadero cariño, el director en turno era gente que conocía a la perfección su funcionamiento, conocía hasta los drenajes, las áreas trabajan en forma coordinada, había congruencia.

En estos últimos tiempos la clase trabajadora del “Luis F Nachón” ve con tristeza lo que han hecho, y están haciendo, con tan noble nosocomio.

Como bien dice el personal no es posible tanta improvisación, tanto experimento, tanta dejadez; tal parece que el neumólogo pediatra, ese que hace las veces de titular de Salud en la entidad, pero que más bien es un auténtico comediante, está empecinado en perjudicar a los veracruzanos, en terminar de hundir a este importantísimo sector.

Le cuento: En lo que va de la presente administración estatal, ya son cuando menos tres incondicionales de Ramos Alor los que han acomodado sus enclenques glúteos en la silla principal de dicho centro hospitalario.

Puros amigos, puros cuates, valemadrismo total. En días pasados fue relevado de la dirección Enrique Ríos de la Fuente, para dar paso a otro absoluto de Roberto, un tal Elías Rached Osorio.

Entre la clase trabajadora es un secreto a voces el total desconocimiento que tienen del hospital todos los que han fingido, perdón fungido como directores, tendrán una idea generalizada, pero hasta allí.

El Hospital Civil “Dr. Luis F Nachón” es otra cosa, o al menos era otra cosa, actualmente hay carencia de todo, el personal de enfermería necesita de lo básico para trabajar, los médicos tienen que hacer maravillas para intervenir a los pacientes, la consulta externa no tan solo está olvidada, sino abarrotada también, se sabe que ya en varias ocasiones la falta de médicos especialistas ha puesto en riesgo la vida de los veracruzanos.

Y le estamos hablando de un hospital regional de segundo nivel, donde cuando menos debe haber las cuatro especialidades básicas y las sub especialidades que demanda la población.

Esto es por citar una de las tantas penurias que padece tan noble nosocomio, ya sin mencionar las porquerías del administrador, un tal Noé Montero Morales, sí, el mismo que descaradamente se paseaba en un carro último modelo el cual, se dice, le fue otorgado por una farmacéutica al verse favorecida con millonarias compras de medicamentos.

Como se puede apreciar, en catorce meses han desfilado por la dirección cuando menos dos desconocidos personajes, un par de amanuenses del tal Ramos Alor, los cuales solo han hecho gala de su apatía, de su valemadrismo por mejorar a tan ilustre policlínica. Pero eso sí, ya colgaron su foto, a color, en la galería de ex directores, la cual está a la vista de todos.

Esto sí es cinismo no chingaderas.

Si esto es lo que hace Ramos Alor con un hospital regional de segundo nivel, imagínese lo que hará con los centros de salud, con esas clínicas rurales enclavadas en los rincones más incognitos del territorio veracruzano donde los paisanos, se dice, se mueren hasta de una diarrea.

Puras porquerías.

Viva la 4T.