GOLPE POLÍTICO

 

La construcción del cancelado NAIM de Texcoco significaba una serie de retos importantes en materia de ingeniería que encarecieron y retrasaron la obra, es pertinente recordar que después de 3 años, apenas tenía un avance total de 35%, esta es una de las razones por las que el pueblo de México decidió que la obra no continuara.

El Aeropuerto Internacional “General Felipe Ángeles” también tiene ciertos desafíos, sin embargo, gracias a que el suelo sobre el que se está construyendo tiene una consistencia más rígida, su construcción será mucho más hábil, de hecho la Secretaría de la Defensa Nacional ha planteado que se concluirán con las obras 6 meses antes de la fecha de entrega (21 de marzo de 2022) para que se proceda a realizar las pruebas pertinentes.

Uno de los primeros retos que tuvieron que superar los ingenieros militares de la SEDENA durante los inicios de la construcción del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía fue la presencia del Cerro de Paula, este se encontraría en lo que sería la ruta de aproximación y ascenso al despegue de las aeronaves, se tenía que buscar la solución, pero con ciertas limitantes ¿La más importante? No afectar más de lo necesario al entorno y la ecología, esto significa que quedaba prohibido eliminar en su totalidad o cortar parte del cerro.

“Cumpliremos la misión” es el lema del agrupamiento de Ingenieros de Santa Lucía y conforme a lo que aprendieron durante su formación castrense y académica en la Escuela Militar de Ingenieros, rendirse no es una opción. Es por esta razón que, ante esta disyuntiva, se comenzaron a estudiar las posibilidades de emplazar dentro del terreno disponible la totalidad del aeropuerto, sin embargo, por cuestiones relacionadas a los sistemas de luces de aproximación se planteó una segunda opción, la necesidad de la adquisición de terrenos circundantes a la poligonal existente de la Base Aérea Militar No. 1.

Así pues, el Gobierno de México realizó la compra de 596.66 hectáreas de terrenos aledaños al AISL, esto corresponde al 41.29% de la superficie destinada al amortiguamiento acústico y de seguridad.

Así, con el trabajo del Agrupamiento de Ingenieros de Santa Lucía, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), los Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (SENEAM) y las empresas Navblue y ADP Ingénierie (ADPI) se realizó el emplazamiento y nueva configuración de pistas para el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía.

De esta manera el Cerro de Paula ya no representaría un obstáculo y gracias a que el terreno del AIFA se había ampliado, se permitió que dentro del rediseño existieran 1600 m de separación entre los ejes de las pistas para atención de la aviación comercial, esto permitirá atender un mayor número de operaciones, comparadas con las que actualmente se llevan a cabo en el AICM. La longitud de las pistas será de 4500 m, esto significa que aeronaves de mayor envergadura podrán despegar o aterrizar en Santa Lucía, haciendo que este aeropuerto sea rentable y atractivo para la aviación comercial y de carga.

Fuente: Vialidades México