Elon Musk, el súper millonario sudafricano dueño de Tesla, está ocupadísimo poniendo patas para arriba al gobierno de Estados Unidos siguiendo la orden del presidente electo Trump de que adelgazar al máximo la administración pública.

Acaso por eso ya tiene rato que no dice nada sobre su proyecto de construir una fábrica colosal en Nuevo León donde dejó a todos, comenzando por el gobernador Samuel García y su esposa Mariana, vestidos y alborotados. Esa planta era una palanca de salvación para el gobierno de Samuel que tiene encima un montón de acusaciones sobre manejos turbios y el incremento inexplicable de su patrimonio.

Musk tiene por ahora a Trump comiendo de su mano. Acaso consiga el permiso de que los autos de la mega planta sí puedan comercializarse en Estados Unidos.

Ya se verá si el romance se prolonga o estalla. Por ahora ni Marcelo ni Samuel tienen respuestas para las preguntas, tal vez después del 20 de enero Musk se acuerde del terreno que adquirió en Santa Catarina y que le costé casi 100 mdd, que ni siquiera para Musk es poco dinero. | Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.