El 20 de enero, día del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, es fecha cabalística para la migración latinoamericana en Estados Unidos. Ese día se dará el banderazo de salida para lo que será, según Donald, la deportación masiva más grande en la historia de la Unión Americana.
Todavía no se conoce el número de personas, pero se adelantó que se usará al Ejército norteamericano para sacar adelante el operativo.
México se prepara para recibir a los paisanos, pero no puede, ni debe, hacerse cargo de migrantes deportados de otras nacionalidades. Cada nación tiene que asumir su responsabilidad.
Por eso la cancillería ya inició pláticas con diversos gobiernos de la región, centroamericanos la mayoría, pero también Colombia y Venezuela, para que se sumen a la tarea de recibir, cada uno, a sus respectivos migrantes.
El diálogo tiene que ser permanente, sin pausas, para que el 20 de enero ningún presidente del área se diga sorprendido y nos eche la bolita. | Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.