La presidenta Claudia Sheinbaum practicó el equilibrio fino en su diálogo con Donald Trump, priorizando la colaboración sobre la confrontación. Al descartar el cierre de fronteras, reforzó su narrativa de humanidad en la política migratoria, destacando los esfuerzos mexicanos en programas sociales como Sembrando Vida. Además, su apuesta por enfrentar el trasiego de fentanilo desde la prevención cultural, muestra una visión que busca soluciones desde las raíces, no sólo desde la represión. Sheinbaum logra proyectar liderazgo firme sin renunciar al diálogo. Aquí no hay improvisación, sólo pasos firmes. | Se detalla en “Frentes Políticos” de Excelsior.