Este domingo, nos comentan, marcará un antes y un después para el PAN, un partido que llegó a tener la Presidencia de la República durante dos sexenios consecutivos, pero que vino a menos en los últimos años. Los militantes de Acción Nacional elegirán a su nuevo dirigente nacional de entre dos opciones: el excoordinador de los diputados federales, Jorge Romero, y la exlegisladora Adriana Dávila. El primero de ellos va por modificaciones de fondo tanto de forma como de fondo. Un golpe de timón. Su correligionaria busca terminar con algunas prácticas que en los últimos años han distorsionado la vocación democrática que en su momento caracterizó a este partido, como la manipulación de los padrones de militantes para encumbrar a ciertos personajes. Lo que todo mundo da como un hecho es que, gane quien gane, la política de alianzas será uno de los temas a revisar, pues el costo de la más reciente fue muy elevado y muy pobres las ganancias. Pendientes. | Se lee en “Rozones” de La Razón.