Rutilio Escandón, gobernador de Chiapas, simplemente no puede con los grupos criminales en su estado, pues en esta administración la situación de inseguridad ha alcanzado niveles críticos. No sólo son los retenes que montan los encapuchados en las carreteras, es el índice delincuencial, que está muy por encima del poder estatal. Ya se sabe quién manda en la región, y no es el gobernador. Los analistas ven a Chiapas como un inminente Estado fallido, pero Escandón se lava las manos minimizándolo todo. Lo que él espera es que se acabe ya. De ganar la gubernatura el morenista Eduardo Ramírez, enorme paquete le espera. | Se detalla en “Frentes Políticos” de Excelsior.