Cada semana, la historia de los migrantes intentando cruzar a Estados Unidos se repite, pero, esta vez, alrededor de mil de ellos, equipados con piedras y palos, subieron al tren en Chihuahua desembarcando agresivamente en el desierto de Samalayuca. Su actitud refleja un nivel creciente de desesperación y desconfianza, viendo en cada obstáculo, persona o autoridad un enemigo que bloquea su camino hacia el sueño americano. Los agentes del INM, junto con la Guardia Nacional y la policía local, optaron por una táctica de no confrontación. Si alguien ha fallado es el director del INM, Francisco Garduño. Otra vez. | Se detalla en “Frentes Políticos” de Excelsior.