Sería difícil hacer una lista de todos los temas y grandes pendientes que vivimos este 2023 y que se quedarán para el próximo 2024, relacionados con los créditos, los fraudes bancarios, la desaparición de la financiera rural, los créditos con cargo a la nómina, entre tantos otros.

Los problemas cotidianos a los que nos enfrentamos los mexicanos en relación al uso de créditos y servicios bancarios por la deficiencia de los mismos, los abusos que nos cometen, pero sobre todo a la desprotección que padecemos vinculada directamente con la invisibilidad de un problema social que durante años, ha encontrado la justificación perfecta, en el estigma social de que si debes; paga.

Ignorando los motivos o las causas que llevan al sufrimiento a quienes presas de la indefensión, sobrellevan en silencio su mal.

No hemos escatimado recursos ni dedicación en el Barzón a la lucha diaria para la protección del patrimonio.

Ni en la defensa en los tribunales en donde libramos verdaderas contiendas en contra de la usura, y de la ambición desmedida de los prestamistas que al amparo de las leyes obtienen de buena fe, la firma en pagarés y demás contratos y documentos que después serán usados en contra de los acreditados.

Tampoco en la búsqueda de soluciones y diálogo permanente y serio con instituciones de crédito, para obtener acuerdos justos de pago.

De gran importancia ha sido también la denuncia pública de los casos que atendemos, lo que advierte a otras posibles víctimas de la forma en que deben protegerse de un abuso.

También en la orientación y asesoría a quienes se acercan a nuestro Movimiento para obtener solución a sus problemáticas.

Es interesante ver, como cada día crece la conciencia sobre los casos que atendemos, y la forma en que se comunican los casos de éxito.

El respaldo de la opinión pública y las circunstancias económicas que vivimos poco a poco van haciendo justicia a los reclamos de visibilidad y atención del caso de la moratoria y la cartera vencida en nuestro país.

Pues a casi treinta años de la crisis del año de mil novecientos noventa y cuatro la historia parece repetirse.

No obstante, se quedan muchos pendientes en agenda legislativa, no terminaríamos si hacemos la lista, ninguno menos importante que el otro.

Por ejemplo, el embargo de pensiones jubilatorias, el congelamiento de cuentas bancarias y otras nuevas medidas y formas de coacción, y ejecución del pago de deudas que se han concedido a los acreedores para hacerse justicia por su propia mano.

No hay duda del grave daño que se le causó a los hombres y mujeres del campo con la extinción de la financiera rural, organismo que fue extinguido no para mejorar la asignación de créditos al campo, no para acabar con los abusos, no para combatir la usura.

Sino al contrario, para robar a lo descarado bajo la figura de una institución extinta que no dejará huella de fiscalización; en otras palabras, para robar al pueblo hasta lo indebido.

Otro gran pendiente, es que a pesar de las cifras que se proporcionan para mostrar que la inflación descendió, las tasas de interés no lo hicieron, y tampoco se sabe cuándo vayan a hacerlo. Y claro que esto va a darnos muchos problemas para el 2024.

El secuestro de la Condusef, un año más dirigido por una persona que ni idea tiene de la defensa de los usuarios de servicios financieros, es lamentable.

Y por supuesto el tema estrella del año, los robos o fraudes bancarios, como se le conoce al vaciado de cuentas, o el retiro sin autorización de los titulares del dinero depositado en cuentas bancarias. Miles de casos sin resolver, y tampoco hay para cuando, poder hablar con seriedad del asunto, pero sobre todo con responsabilidad.

Los créditos vinculados a la nómina, esa sangría que padecen empleados del estado en relación a los créditos que contratan para poder completar su gasto, quedó en la bandeja de pendientes legislativos, sin mayor atención.

En fin, que no hay que desanimarse, porque los mexicanos somos muy aguerridos, muy luchones, muy trabajadores, y muy pagadores. Pero ese nivel de responsabilidad va directamente relacionado con la capacidad que tenemos de organizarnos para defendernos, para denunciar, para exigir soluciones y así lo haremos el próximo año también.

Así que por ahora lo único que nos debe ocupar es pasar con mucha felicidad y armonía estas fechas y para el próximo año. ¡Dios dirá!

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