Que así habrán estado los golpes en las reuniones privadas de la precandidata presidencial opositora, Xóchitl Gálvez, y sus coordinadores, después de que Silvano Aureoles se bajó del camión rumbo a 2024, “en un acto de congruencia”, alegando “constantes descalificaciones” de la hidalguense, aunque deseó “de todo corazón” que el frente gane las elecciones. ¿Pues qué le habrá dicho la panista al perredista que no le hayan proferido antes, como para rasparle la piel que hoy sabemos la tiene muy delgada para estos menesteres? | Se lee en Trascendió de Milenio