Con la novedad de que las relaciones internacionales de México podrían enfrentar otro espinoso asunto, porque resulta que, desde ayer, el exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas se encuentra en la sede diplomática mexicana en Quito, a donde se presentó a solicitar protección después de que el sábado la fiscalía del país sudamericano ordenó su ubicación, localización, inmovilización y traslado, dentro de una investigación por presunto peculado. Pronto se reveló que la Cancillería mexicana realiza las consultas con el gobierno ecuatoriano para que el requerimiento de la fiscalía pueda cumplirse. Ecuador exhortó a las autoridades mexicanas a que inviten al señor Glas a cooperar con las autoridades policiales. Falta ver cuál es ahora la respuesta del Gobierno mexicano. Pendientes. | Se lee en “Rozones” de La Razón.

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