En el caso Xóchitl, el presidente dispara a lo que se mueve. Está obstinado en sacar a la senadora hidalguense de la carrera presidencial para que no vaya a perturbar el sueño de sus corcholatitas. No le importa saltarse las trancas legales porque se asume intocable y a él, lo sabe todo el mundo, no le gusta que le digan que la ley es la ley. Lo cierto es que dentro de un mes los nombres de los candidatos, o candidatas, del oficialismo y la oposición estarán sobre la mesa y deberán ser ellas las que diriman sus diferencias. El marco legal vigente quiere al presidente fuera de ese escenario, pero él no suelta ni cámaras ni micrófonos. No le importa haber mandado a las corcholatas a páginas interiores. Cualquiera diría que el que anhela aparecer en la boleta es él mismo. Xóchitl dice que no se dobla pero lo cierto es que desde Palacio Nacional se está creando un entorno de alto riesgo en torno a la posible candidata presidencial opositora. Relata «Pepe Grillo» en Crónica