Donde hay nada menos que una crisis constitucional en ciernes es en el Congreso de la Unión, porque en 2024 se van a empalmar las legislaturas saliente y entrante. Nos hacen ver que en la reforma que estableció que el nuevo Presidente tomará posesión el 1 de octubre y la nueva legislatura el 1 de agosto, se les olvidó establecer que los senadores y diputados elegidos en 2018 y 2021, respectivamente, concluyeran sus funciones el primer día de agosto, por lo que legalmente, su encargo termina un mes después. Nos cuentan que en el Senado apenas empezaron a dialogar en busca de una reforma constitucional, que requiere el consenso de todas las fuerzas. De no ser así, nos alertan, podría ser que, según los resultados electorales del 2 de junio, el aún presidente, Andrés Manuel López Obrador, pueda decidir cuál legislatura le gusta más para estar vigente esos 30 días. Vaya riesgo.   |  Se puede leer en “Bajo Reserva” de El Universal.