* Sus papás, el ejemplo y motivación para dedicarse a esta noble labor

* «Nos esforzamos para poder apoyar y cuando lo logramos siento alivio», dice

* En un futuro quiere ser médico y seguir salvando vidas

Susana García Parra

Xalapa, Ver., 30 de abril de 2023.- Desde los 6 años, Adrián Leyva Murrieta tenía claro que quería seguir los pasos de sus padres: poder ayudar a salvar vidas; 7 años después está cumpliendo sus sueños.

Y es que nació y creció dentro del grupo voluntario “Escuadrón Nacional de Rescate”, el cual se dedica a auxiliar a quien ha sufrido algún tipo de accidente.

En entrevista, el pequeño rescatista aseveró que le llamó la atención ver como su familia apoyaba a las personas de forma desinteresa y voluntaria, por lo que fue sumándose a la labor.

“Primero empecé viendo como trabajaban mis papás, luego como a los 8 años ayudaba a subir el equipo, las camillas, todo desde la ambulancia, y ya para los 11 años me empezaba a bajar de la ambulancia para poder colaborar un poco más, pasar equipo, guantes, vendas, y apoyar más”.

Comenzó tomando cursos de primeros auxilios, luego de búsqueda y rescate; también busca aprender sobre extracción vehicular.

Es una labor que se trata de pensar rápido y tomar decisiones adecuadas para que el rescate sea exitoso, lo cual le apasiona y además le da satisfacción, especialmente cuando logran salvar una vida.

“Yo me siento bien cuando ayudo, porque cuando llegamos y vemos a una persona lesionada, nos esforzamos para poder apoyarla y cuando lo logramos siento un alivio porque ya será valorada por doctores para apoyarla”.

Aunque no todo es positivo, ya que en algunas ocasiones los accidentes son tan fuertes que nada se puede hacer por la persona pues mueren de forma inmediata.

Ahí también intervienen con el rescate del cuerpo que puede ser complicado, como cuando bajan a barrancos o apoyan a personas que quedaron prensadas.

Al respecto, reconoció que muchas veces representa un riesgo para ellos, pero por ello la capacitación es muy importante.

“No me asusta lo que veo, si no puede ser el riesgo que corre algún compañero, pero estamos capacitados para que eso no ocurra”.

Adrián se ve hacia el futuro como un médico e incluso le apasiona la música, mientras llega ese momento, continuará siendo un niño que vive feliz por ayudar a quien así lo requiera, “es algo que me nace de corazón”.