Corría el año 2008, un dirigente campesino de nombre Ramiro Guillén Tapia se prendió fuego en Plaza Lerdo, por la gravedad de las lesiones falleció horas más tarde en el Hospital Civil. El motivo de este desesperado acto fue que pedía audiencia con autoridades, sin embargo, les cancelaron en 107 ocasiones, siendo el principal responsable de esto ni más ni menos que el pillo de Marlon Ramírez Marín, sujeto que en esa época era director de Política Regional y no quiso escuchar a Ramiro ni darle respuesta a sus justas demandas. Claro, ahora Marlon no tiene memoria, pero su soberbia y egocentrismo provocaron algo así de terrible. ¡Cretino!