Y hablando de temas de seguridad, nos hacen ver que en la intercepción de un convoy de 24 vehículos y detención de 167 hombres fuertemente armados en la región purépecha de Michoacán, hubo todo eso que se requiere para enfrentar a la delincuencia: inteligencia, coordinación y determinación. Participaron elementos del Ejército, de la recién creada Guardia Civil de Michoacán y de la Guardia Nacional. Y no se disparó un solo tiro, a pesar de que los detenidos poseían un arsenal compuesto por 233 armas de fuego. Pero el asunto no quedó ahí. En represalia, comuneros retuvieron a 25 elementos de la GN. Las autoridades se negaron a negociar y pusieron en marcha un nuevo operativo, ahora para rescatar a los secuestrados, los cuales, ante la presión, fueron liberados. Lo que ocurrió el fin de semana dio cuenta de que, incluso cuando el crimen ha obtenido ciertos respaldos sociales se pueden dar resultados. Se lee en «Rozones» de La Razón de México