El presidente lazó su idea del decreto para incorporar a la Guardia Nacional al Ejército, calculando las resistencias internas que su decisión de saltarse la Constitución podría acarrear.

Unos jaloneos por aquí, otros por allá, y después a la SCJN donde tiene aliados probados. Lo no que no calculó fue un frente internacional, y mucho menos que la ONU reprobara su actitud.

La Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, instó a que se mantenga la naturaleza civil de la Guardia Nacional y de la seguridad pública en México, “consagrada constitucionalmente”.

Destacó que el uso de las fuerzas armadas en tareas de este tipo debe ser excepcional. Nada que no haya dicho antes, pero que hoy tiene una relevancia mayúscula.

Así las cosas, aunque logre pasar su decreto y esquivar la Constitución, saldrá perdiendo.   |  Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.