La muerte de un mariachi y su hija de 5 años a las puertas de su casa en Fresnillo, Zacatecas, ha conmocionado a la opinión pública. “Se trataba de un hombre bueno que no le hacía daño a nadie”, expresó su esposa, notoriamente contrariada, minutos después, cuando la menor aún se debatía entre la vida y la muerte. La pequeña perdió una batalla injusta y ajena, gracias a la impunidad con la que pueden operar grupos delictivos en la zona, acaso protegidos por esas autoridades que ahora salen a decir que el músico fue abatido por un ataque directo y no como consecuencia de un tiroteo cruzado. Sea como fuere, la pregunta es, ¿quién protege a los zacatecanos del ataque criminal? Por lo visto, David Monreal, el gobernador, no.   |   Se detalla en “Frentes Políticos” de Excelsior.