Dicen que si Rafael Caro Quintero no existiera Netflix lo habría inventado. Ya dio material para una serie de narcos y tiene de sobra para una nueva temporada.

Su recaptura, concretada por el perro “Max” que lo olfateó en unos matorrales, es al mismo tiempo un éxito, una tragedia y una comedia de equivocaciones.

Los infantes de marina que concretaron la operación merecen un reconocimiento amplio que no se regatea. Es un éxito. Catorce de ellos no regresaron a casa lo que supone una tragedia de grandes dimensiones que enluta a la institución y al país. Los uniformados murieron en el cumplimiento de su deber, descansen en paz.

La comedia de equivocaciones la protagonizan los mandos de la DEA y el embajador de EU, Ken Salazar, que nada más no se ponen de acuerdo sobre la participación de la agencia antinarcóticos. No tendría nada reprochable su participación. La DEA suele proporcionar información sustantiva, para eso está después de todo.   |  Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.