La ofensiva del gobierno de Campeche contra Alito Moreno se está pasando de tueste.

El show de ayer en una de las propiedades del dirigente nacional priista corre el riesgo de ubicarlo a él, justo a él, como una víctima de un grupo con insaciable apetitito de venganza.

Una puesta escena que, corre la versión, los abogados de Moreno pueden usar para desmontar las acusaciones. Transmitir conversaciones conseguidas ilegalmente y mostrar a la gente el baño de la casa no tiene nada qué ver con el debido proceso y pueden ser la vía corta la impunidad.

Seguro que hay otros caminos legales, que no estén diseñados para los medios, de hacer una investigación y llevarla a buen puerto. A menos, claro, que como suele ocurrir se busque propinar un golpe político no uno legal.   |  Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.